2023 inició como la mierda. Yo ya lo iba a dejar, pero algo me detenía… eras tú, que como niña jodida tenías que seguir y seguir. Mi cabeza no resistía. Me autoconvenciste de que era mi culpa, cuando era yo el que se esforzaba. Tuve que salir de ahí. Fue jodido. Recuerdo un febrero de pura mierda, donde llegué a odiarme, a querer morir. Fuiste tú quien casi me mata. Ay, febrero 17… ese día fui feliz por un rato. Sentía esa libertad del principio, donde era libre, libre de ti. Eran señales que, desde el principio, no eras lo que querías. Fui el domingo siguiente a jugar, recuerdo que le conté a mi madre. Pero, que te jodan, tanto fue el daño que me hiciste… ¿seguir ahí? Como par de semanas me sentía muerto en vida. Fue la peor sensación de mi vida, y la lograste tú. Me jode hasta el día de hoy. No sabes el odio que recaudo hasta ahora, la sensación de ansiedad pura, de no poder hacer nada, de tenerte en mi mente cada maldito momento durante 3 meses muy duros… ¿para que al final me escribas? Vete a la mierda. ¿Por qué fuiste así? Así de inmadura de mierda. Medio año y me sentía libre, libre de ti, de estar a tu disposición. Me sentía libre. 2023 fue un año bueno, el mejor diría yo de la década. Solo debiste no volver a escribirme; para mí ya habías muerto, Rosa. ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué? ¿Fue un reto? Aún lo recuerdo, ese domingo… ¿por qué lo hiciste? ¿Qué ganabas? ¿Qué pensaste que lograrías? Lo hiciste, te fuiste, te volviste a enamorar y ya… pero el daño lo hiciste. Sos una hija de puta, Rosa. Me arruinaste la vida con eso. Lo próximo que recuerdo de ti ese año fue que habían coordinado una salida. Obvio dije que no: si ibas tú, era arruinarme lo que me quedaba de año. A pesar de todo lo que pasó ese año, pensé que te habías quedado en el pasado, pero la mente me pesaba… muy, pero muy duro. Lo jodido que es salir a la calle y estar pensando si me voy a cruzar contigo… es una mierda, literal.